El procedimiento es una forma de vida
Prólogo a los diarios de Dani Zelko, que todavía no fueron publicados.
Por Silvio Lang

Los rusos desean una nueva vida. El arte y la literatura son su fábrica sensible. Es por eso que, en 1917, el revolucionario Viktor Schlovski publica “El arte como procedimiento”. Hacer mundo es inventar, cuidar y defender un procedimiento. El procedimiento es tu forma de hacer, tu práctica, tu maquinita de guerra contra las totalizaciones de la vida. Es por eso que, 87 años después de la revolución rusa, cuando Néstor Kirchner se dirige al Jefe del Ejército Argentino, el General Bendini, ordenándole que baje los cuadros de los dictadores Videla y Bignone, tan sólo precisa decir, desde su embestidura presidencial: -¡Proceda!- Y así,  presintiendo cómo, cuándo y cómo proceder, es que entran en mutación las vidas. No es casual que la adolescencia de Dani Zelko transcurrido  en la temporalidad kirchnerista y que los rusos sobrevuelen su manera de hacer literatura comunitaria. De eso habla Soraya Maicoño en este diario, la mujer mapuche, que escucha Dani para el libro Reunión que hizo con el Lof Lafken Winkul Mapu: -“Pará. Te quiero decir algo. Tu forma es muy buena para nosotros. Eso de no usar grabador, de no usar cámara, que no te llevás lo que escuchás y no te vemos más, que nos das muchos libros. Todo eso me lo habías dicho y por eso confié en vos. Pero el otro día cuando viniste acá con el texto que habíamos escrito, y me lo leíste, y lo leímos varias veces, con mucha atención, y corregimos juntos todo, con tiempo... Ese momento de tu procedimiento no me lo habías contado y me parece muy importante. Fue el momento en el que sentí que realmente estamos haciendo algo juntos”.

El procedimiento de Dani Zelko con su acción libresca andante llamada Reunión, es tan simple y podereso como el estar “haciendo algo juntos”. Pero para ello, son necesarios tres movimientos subjetivos del artista caminando. Uno, mantenerse en una cercana distancia con el Yo: “Creo que esta edición de Reunión es lo más lejos y lo más cerca que estuve de mi yo en mi vida. Mi yo está corrido de mi voz, mi fuerza se corrió de mis palabras. ¿Podrá un yo enunciarse desde voces de otros yoes? Yo, yo, yo, yo. Qué agotador”, escribe Dani en su Diario de viaje al territorio ancestral. Pero qué importa el Yo. Si de lo que se trata es de hacer territorio con aliades. Lo que cuentan son las “compañeras de viaje”, las “compañeras de flash”. El artista camina y en su andar imprime las intensidades de los desterrados de este mundo, de los que necesitan rehacer la tierra colonizada. Sus formas de vida, sus formas de estar juntes. Hacerse un procedimiento para ocupar la tierra común.  Otro movimento subjetivo, bancar los silencios: “El silencio es el momento en que las personas se corren del relato que traen de sí mismas, el espacio en el que sueltan lo que pensaban que querían decir, en el que prueban nuevas direcciones, en el que se van por las ramas”, escribe el artista de la escucha. Como dijimos en otro momento sobre Reunión, no se trata de dar voz a los sin voz, sino de proceder por voces in-creadas, de fabricar escritores en el ocaso del Yo. Escribir el habla donde la vida de cada persona se intensifica. El nuevo relato se inscribe, entonces, como terreno concreto de la vida y produce mutaciones reales en las subjetividades y en las poblaciones, que atraviesa. Y un movimiento más, habitar el exceso/crear valor: “Estos días fueron tan desmedidos. Un derroche. Amo hacer despliegues desmedidos para generar situaciones y objetos que parecen simples. Hay una reformulación del valor ahí”, se reafirma Dani. Cuando la ley de valor en la fase neoliberal se convierte en control político de nuestras subjetividades y nuestros modos de vida, les artistas y algunas formas de vida podemos devenir subversión de esa ley.

Guardo este Diario como bitácora de los procedimientos necesarios del don artístico para producir  plus-realidades, plus-comunidades. Gracias, compañero de flash. 

2019