TERREMOTO
el presente está confuso

Acción: 24 de Septiembre al 8 de Octubre de 2017, Ciudad de México.
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El diecinueve de septiembre de dos mil diecisiete ocurrió un sismo de siete punto uno grados en la escala de Richter a las 13:14:40 horas en la Ciudad de México. El epicentro del evento telúrico fue en Puebla-Morelos a ciento veinte kilómetros de la Ciudad de México. El sismo ocurrió el mismo día que el de mil novecientos ochenta y cinco.

Dani Zelko llegó de Buenos Aires a la Ciudad el veinticuatro de septiembre, cinco días después del sismo. En los días siguientes, montó una mesa con su computadora y una impresora que es una mochila -es decir, una impresora portátil- en diferentes calles de las colonias Buenos Aires, Roma Sur, Obrera y Tacubaya. Se sentó y esperó. Detrás suyo había carteles que decían: “Acopio de memorias” “Háblame y léete”, “Cuenta tu historia hoy” y: “EL PRESENTE ESTÁ CONFUSO”

Las personas que pasaron le dictaron poemas a Zelko. Se acercaron a decirle algo espontáneamente. Zelko escuchó, transcribió estos poemas, y los imprimió al momento. Les leyó a las personas sus poemas y se los regaló. Las personas que participaron tienen entre tres y sesenta años de edad. Las personas al escuchar sus poemas asentían: “Sí, eso pasó, así fue”, como si alguien más hubiera vivido eso o alguien más lo hubiera relatado. Como si la distancia de leerse en la voz de otro, de leerse en ese instante, pudiera dar cabida a ese relato y a lo vívido, en donde la memoria es por un momento congruente con el temblor del cuerpo, y paradójicamente un recuerdo.



El cuerpo y el temblor del cuerpo, la impregnación de ese temblor sobre el cuerpo es lo que nos recuerda que sentimos a la tierra moverse debajo de nuestros pies. No podemos dejar de temblar porque el temblor nos priva “toda voluntad” como diría Jacques Derrida. Sucede sin más, sin resistencia porque no hay nada que lo pueda prevenir, porque brutalmente cambió todo en los pocos segundos en los que la tierra fue sacudida en la latitud 18.40 norte, longitud 98.72 oeste, a una profundidad de 57 kilómetros, a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos.

Estos poemas son poemas-testimonio, poemas-cuerpo, poemas-temblor. Ha pasado casi un mes desde que ocurrió el sismo, y de lo que vino de manera inmediata, la movilización social. Aún habitamos en sus consecuencias: “El presente está confuso”.

Amanda de la Garza